Mensaje de N. Señor
Jesucristo a toda la humanidad
Recibido por ‘Discípulo’
Amados hijos, os traigo el
Getsemaní y el dolor del Gólgota. Como está escrito «Heriré al pastor y se
dispersará el rebaño». Invito a Mi Cuerpo Místico a subir al Patíbulo de la
Cruz.
Graves errores doctrinales y
heréticos están dentro de Mis templos, pues han dejado de ser Casas de Oración
para convertirse ahora en refugio de saltadores, de idólatras y espíritus
inmundos de impureza.
Este gravísimo mal se extiende
rápidamente. Las mafias traidoras han ocupado los mejores puestos para desde
allí introducir el veneno de las mafias que es como veneno de una serpiente.
Mi Cuerpo Místico ha sido
desmembrado como un bebé asesinado en el vientre de su madre, del seno que le
dio la vida.
Mi Fiel Remanente no sufrirá la
orfandad, ni sufrirá la tristeza ni el llanto que sufren los que son rechazados
por causa Mía y de Mi Evangelio.
Hijos amados, este mundo ha
entrado al tiempo, porque es ahora el tiempo del que quiera salvar su vida, la
perderá, y todo aquél que pierda su vida por Mí y por el Evangelio la salvará y
habrá ganado el Paraíso.
Queridos hijos, amados de Mi
Corazón, habéis sido ya testigos del Triunfo del Inmaculado Corazón de Mi Madre
Santa y el Mío. Yo Soy el Testigo Fiel y Verdadero, si comprendéis todo esto
conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres.
Así como Yo fui testigo de la
Verdad de Mi Padre que reveló Sus Misterios a los que no son nada en este mundo
y las ocultó a los que son en el mundo sabios y entendidos, que todo lo
explican a la luz de su soberbia y razón, descuidando la fe verdadera y
promoviendo ahora doctrinas heréticas sin ton ni son, con mentiras y farsas,
leyendas y fábulas que ya están causando caos y confusión.
Mis pequeñas ovejas que aún
tienen oídos para oír y ojos para ver, salid ya del engaño y falsedad que
proclaman a los cuatro vientos los anti-teólogos y falsos pastores.
Ha iniciado una caída
vertiginosa en Mi Místico Cuerpo hacia la obscuridad del abismo del mal, han
iniciado los tiempos simbólicos de la Semana de Daniel Profeta.
Verdaderos lobos y chacales y
leones de crecida melena hacen guerra contra Mí y los Míos, porque quien
persigue a los Míos Me persigue a Mí.
Las siete grandes explosiones
del sol que son sus potentes llamas, son los siete grandes truenos de la Divina
Justicia de Mi Padre.
Habéis oído decir desde hace
tiempo que vendrían al mundo los lacayos serviles de satanás; el último
antipapa y el último anticristo como un anti-tipo y tipo de lo que ya fue y
será otra vez mañana porque no hay nada nuevo bajo el sol. Lo que se dijo
volverá a ser hasta que todas las criaturas de la Tierra lleguen al perfecto
estado de la santidad, la unión mística con el Dios Uno y Trino que vive y
reina por los siglos de los siglos.
¡Oh generación incrédula! ¡Raza
de víboras, sepulcros blanqueados, hipócritas y seductores! Si no os
arrepentís, sufriréis en gran manera la Ira Santa que cambiará la
estructura de la Tierra.
¿Quién os enseñó a huir del
Temor de Dios y menospreciar lo que dicen Mis profetas auténticos, heraldos de
fuego que os anuncian la justicia inminente de Dios y Sus Juicios?
Temblad pues naciones impías
que os contamináis con los pecados de la gran Babilonia la grande, capital de
los pecados que irritan el Corazón de vuestro Celestial Padre Amoroso.
Pueblo de Mi Remanente Fiel
permaneced despiertos con vuestras lámparas encendidas como las vírgenes
prudentes que esperaban la llegada del Novio para las Fiestas de Boda del Rey.
En poco tiempo, oíd pues hijos
Míos, el Gran Cisma seguirá golpeando a Mi Iglesia interiormente. Las columnas
que la sostienen se conmoverán y conoceréis entre montes y montañas, laderas,
lomas y valles, desiertos y cuevas que el impostor que pretende instalarse en
Mi Casa ya llegó, cuando él afirme toda clase de herejías.
Entended pues, que pronto está
ante Mi sufriente pueblo, Pedro Romano II, para guiaros a vuestro puerto de
salvación.
Vayan pues, caminando en fe,
pues ya están enfrentados cardenales contra cardenales, obispos contra obispos,
conferencias episcopales unas contra otras, sacerdotes contra sacerdotes,
religiosas contra religiosas, y en una casa, una familia por causa Mía.
Volved al Espíritu de las
Bienaventuranzas, descorred pueblo Mío el velo que está cubriendo vuestro
rostro.
Desde este lugar os hago un
llamado para que vengáis conmigo al Monte de Getsemaní para que Me acompañéis
de nuevo al Gólgota, donde Mi Remanente Fiel subirá conmigo al Patíbulo de la
Cruz. Esto tiene que ser para que se cumpla perfectamente la Voluntad de Mi
Padre, vuestro Celestial Padre.
Dentro de no mucho tiempo,
acontecimientos grandiosos les mostrarán que Mi Padre es Justo y que sólo
encuentra Su Gozo y Contento en aquellos que escuchan atentamente Su Voz y
cumplen en obediencia inmediata lo que Él nos revele en Su Santa Voluntad y
Divina Bondad.
Y tengo en Mi Alma una tristeza
que sólo puede ser borrada de Mi Sagrado Corazón con ejercicios santos de
verdadera piedad, con casas y refugios de reparación. Por eso os doy a través
de Mi instrumento esta revelación:
¡Quedaos conmigo! reparando
constantemente el Rosario a Mi Madre rezado entre 4:30 y 5:30 de la mañana,
junto con la Coronilla Misericordia a las tres de la tarde. Os digo ahora porque infinidad
de espíritus de impureza, inmundicia e idolatría han invadido y quieren seguir invadiendo
el espacio de Mis hijos en la Tierra.
Continuad pues, Yo Jesús os
seguiré hablando en estos términos. ¡Shalom! Que tengáis paz, os bendigo.
IXTUS
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