miércoles, 19 de octubre de 2016

Oráculo de Yahvé: "Esto dice el Todopoderoso, no tendréis paz hasta que la Casa de Israel se establezca, no tendréis seguridad mientras que el mal abunda sobre la Tierra"

Oráculo de Yahvé dado a ‘Discípulo’ durante la Santa Misa, la tarde del
13 de octubre, 2016



Yo Soy Dios, para siempre Dios y fuera de Mí no tendréis otro Dios, celoso de la gloria de Mi Nombre y de la gloria de Mi Amado e Inocente Cordero, cuya Sangre cubre la Tierra toda.
Oh humanidad, descendencia de Datán y Core, descendencia de Abiró y Abigail, pueblos rebeldes a Mi Voz que pobláis los desiertos de Arabia y los montes del Líbano, que habitáis las cordilleras y altiplanos ¿por qué no escucháis hoy Mi Voz antes que Mi Ira se encienda? Tendré compasión de vosotros a pesar de vuestras iniquidades, vuestra idolatría y el rechazo abierto a Mi Elegido, Mi Hijo Amado objeto de Mis complacencias.
¿Hasta cuándo dejarán de matar sacerdotes y de hostigar a Mis profetas? ¿Hasta cuándo detendré Mi enojo por la sodomía y los altares levantados a los muertos? ¿Quién os librará de Mi Ira?
Escudriñáis las escrituras y verán que todo está allí en el calendario espacio, tiempo de los Años Proféticos.
Clamen hijos, aun en vuestra ignorancia Me manifestaré a vosotros, aunque tenga que hacer temblar con Mi Voz los collados y los montes.
Oh pueblo de dura cerviz, venid de rodillas al Sagrario de la Permanente Presencia de Mi Amado y Elegido y ante Él llorad vuestras miserias y pecados. Juro por la Sangre de Mi Cordero que los ataré a Mí con un lazo de amor y de luz para que puedan soportar la criba de la tribulación.
¿Quién os ha seducido? ¿Quién me culpa de vuestras calamidades y desgracias? ¿No son acaso vuestros ritos a los poderes ocultos que habéis invocado? Ellos no son dioses, jamás lo han sido ni lo serán. Oráculo del que todo lo puede, por la Sangre de Mi Amado de cierto purificaré vuestros ojos llenos de malicia y lujuria, juro por Mí Mismo, dice el que todo lo sabe y Su Ciencia es irrefutable, que purificaré vuestros oídos, que sucios están de mentiras y halagos de oscuras concupiscencias, hartos de oír indecencias, impurezas idolátricas.
Oh oídos humanos que pronto escucharéis el Trueno de Mi Justicia, cuando la cordillera volcánica se vuelque sobre vosotros, dejando destrucción y ruina.
Oráculo del que todo lo conoce, dice el Señor: no matéis más sacerdotes, no hostiguéis a Mis profetas, pues Yo el Señor purificaré la Casa de David y vuestras manos manchadas de sangre quedarán limpias como las de un niño recién nacido.
Ay de los indecisos, tímidos y cobardes que bajaron su cerviz o su cabeza y cerraron sus ojos para no ver el mal. Ay de los que contaminan Mis bosques, Mis ríos, ay de las mujeres en cinta que esperan señales del Cielo para creer en Mis ungidos profetas. ¡Tendréis un rey inicuo que os dominará, aun en los dolores de parto no tendrán consuelo!
El hombre sin ley, el inicuo ocupará su trono y dominará los pueblos por un tiempo. Hará morir a filo y espada a todo aquel que se oponga a su Nuevo Orden en el mundo. Ya, oh descendencia de David, oh descendencia de Benjamín y de José, venid a Mis Triángulos de Luz que os allanaré el camino y os haré habitar bajo la luz de Mi Brazo.
¡Clamad tierra entera! ¡Porque la Tierra y el infierno se han unido! Gemid bajo Mi Manto criaturas todas, porque vuestras casas serán saqueadas, destruidas y quemadas. Durante siglos Mi Misericordia ha sido grande y he sido justo y compasivo.
Ay de los que dicen que no existe satanás y el infierno, porque ya el amo de este mundo los sometió con cadenas irrompibles.
Oráculo del Señor, esto dice el Todopoderoso, no tendréis paz hasta que la Casa de Israel se establezca, no tendréis seguridad mientras que el mal abunda sobre la Tierra. Alerta, abrid vuestros oídos a Mi Voz; vuestras mentes y corazones serán confundidos si no atended a Mis atalayas los profetas.
Vuelvan criaturas Mías, estáis en el último tiempo, esto dice su Dios quien vive por los siglos de los siglos. Amén.


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