Mensaje de Nuestra Señora la Santísima Virgen María a la Humanidad recibido por ‘Discípulo’
21 de enero de 2017
Amados pequeños Míos, quiero iluminar vuestros pasos con la Llama Viva de Amor que brota de Mi Corazón. Yo Soy una Madre que bendice y está al lado de los hijos que Me necesiten.
Quiero llevarlos al conocimiento pleno de la Verdad, mediante las pruebas y los sufrimientos que ahora enfrentáis.
La anti-iglesia se ha erigido como la más grande fuerza que satanás haya inventado; sombras de oscuridad y muerte amenazan la fe de muchos de Mis hijos y siento pena por los pecadores que persisten en su pecado, ya voluntariamente sin fuerza alguna para resistir, pues han perdido el gusto por la oración y la vida de pureza que tanto agrada a Jesús.
Oh amada Humanidad, suplicad ahora a vuestro Padre Celestial para comprender la realidad del sufrimiento y sus méritos para la vida eterna.
No os desesperéis ante la dureza del dolor, pedid a vuestro Padre la fuerza que necesitáis. Caminad al lado de Mi Hijo Jesús llevando cada uno su propia cruz. Entregaos a vuestro amoroso Padre, que quiere ahora en estos tiempos de la anti-iglesia del anticristo, unir en una unión mística, vuestros sufrimientos con los sufrimientos de Mi amado Hijo Jesús. Sólo así podrán aceptar Su Santa Voluntad.
Os esperan 150 días de crisis, en los cuales habrase conformado el momento de la traición y se habrá consumado el anti-reino de la obscuridad.
Mirad pequeños, las hormiguitas que trabajan con tesón, guardan su alimento para los días de tormenta antes que estos se presenten. Así preparaos con lo necesario para subsistir en los tiempos calamitosos de la Tribulación, en esos Refugios, en las Comunidades de los Triángulos de Luz Divina de la Santa Trinidad. Entregados a vosotros como el último recurso material del Cielo.
La obediencia inmediata a Dios cambia todas las cosas, no tarden, es preciso avanzar más, no escatimen el tiempo y esfuerzos porque en poco tiempo la Tierra se estremecerá y la fuerza de la gravedad se irá perdiendo conforme el asteroide se acerca a vuestro planeta.
Por lo demás no os preocupéis ni os asustéis, no os turbéis, no aflijáis vuestro corazón. ¿No Soy acaso vuestra Madre? Confiad pues en Mi protección. Pedid constantemente al Espíritu Santo luz y discernimiento. Pedid con gran fe la protección de San Miguel Arcángel y acudid pues a los santos, no dejéis de amar y perdonar. La obediencia leal, constante y fiel a Dios os hará acreedores de la feliz estancia en el Cielo y Tierra Nueva que os ha sido prometido.
Así pues, trabajad conmigo, no descanséis. Yo Soy vuestra Madre que os ayudo.
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